EL CIELO ESTÁ EN CUALQUIER LUGAR.
Bailey
lo era todo para Lennie: su hermana, su mejor amiga, su pilar de apoyo, su sol
particular. Ahora que Bailey ya no está, que una arritmia se la ha llevado de
este mundo, Lennie no sólo está de duelo, sino que su vida empieza a
tambalearse y tiene que aprender a ser ella misma. Para empezar, su sexualidad
se despierta de repente y el día del entierro de su hermana no puede dejar de
pensar en besar a todos los chicos presentes. Luego está Toby, el novio de
Bailey, que es el único que le ofrece consuelo, aunque eso suponga acabar
morreándose como dos posesos enamorados. ¿Qué pensaría Bailey de ella? Y
además, también está Joe, un genio de la música recién llegado de París, que
con su sonrisa «del tamaño de los Estados Unidos continentales» encandila a
todo el mundo, en especial a nuestra protagonista. Por otro lado, su mejor
amiga, Sarah, no sabe cómo ayudarla, aunque lo intenta casi con desesperación,
pero como Lennie está igual de perdida que ella, se han ido alejando desde la
muerte de Bailey.
Con
personajes tan singulares como Abu y sus vestidos de flores o el tío Big, el
fumeta amigo de los árboles, Jandy Nelson nos trae en su primera novela una
prosa casi poética, repleta de símiles y metáforas, pero con un tono juvenil y
fresco que te hace empatizar con la narradora, Lennon Walker. Además, el libro
está plagado de pequeños poemas, retazos de una vida que se ha ido, que Lennie
va escribiendo en cualquier superficie que encuentra y va dejando diseminados
por el mundo para que alguien, cualquiera, los encuentre. Nosotros los
recogemos, los leemos y, a través de ellos, conocemos al personaje que sin
aparecer en el libro es uno de los más carismáticos: Bailey.
Si
bien a primera vista pueda parecer un drama romántico, El cielo está en cualquier lugar
es mucho más que eso. La historia de amor es secundaria; es una parte más de la
vida de Lennie que ayuda a entenderla mejor. Lo principal y más fundamental es
su lucha contra el desconsuelo y la resignación a que esa tristeza y ese dolor
la acompañarán toda la vida. Lo que te llegará al corazón es verla reinventarse
a sí misma en un mundo sin su hermana y descubriendo quién es ella en esta
nueva etapa. En resumen, El
cielo está en cualquier lugar es una novela conmovedora de aprendizaje
y realización, de superación y descubrimiento personal, que en una página te
hará reír a carcajadas y con la siguiente llorarás a lágrima viva. Es, sin
duda, una de las mejores novelas del 2010.
Recuerda
las enseñanzas del tío Big: «El cielo está en cualquier lugar, empieza en tus
pies».
Se
para otra vez. Creo que va a seguir otro rato con lo de París... pero no es
así. Levanto la vista hacia él. Tiene una cara tan seria como anoche en el
bosque.
-Lennie
-susurra.
Yo miro al
fondo de sus ojos, donde no existe el pesar, y de golpe se abre una puerta en
mi corazón.
Cuando nos
besamos, veo que hay cielo al otro lado de esa puerta.
no puede creerse que no vaya
a volver a verla, a abrazarla, a hablar con ella, a leer sus libros favoritos
mientras caminan por la carretera o a inventar historias sobre el paradero de
su madre, quién se marchó de casa cuando ellas eran pequeñas.
Ahora intenta sobreponerse
del golpe con la ayuda de su abuela, a la que la encanta cocinar y pintar
mujeres verdes, y su tío, un hombre al que le gusta fumar hierba y que se ha
casado unas 4 ó 5 veces.
Para terminar de complicar
las cosas, Lennie cada vez está más cerca de Toby, el novio de Bailey. Él la
echa de menos tanto como ella, la entiende a la perfección y estando a su lado
se siente más cerca de su hermana; pero por otra parte también está Joe, el
chico nuevo que acaba de llegar al pueblo, del que se está enamorando, y que es
capaz de parar el mundo con su música y hacer explotar de felicidad el corazón
de Lennie con una simple sonrisa.
Al principio la trama me
recordaba un poco a la de Saving Zoe (reseña AQUÍ), en el que la protagonista
pierde a su hermana y mientras lee su diario y conoce más cosas sobre ella,
comienza a sentir algo por el novio de ésta y a la vez empieza a salir con un
chico de su clase. Sin embargo, en cuanto acabé de leer el primer capítulo me
di cuenta de que no tenían nada que ver.
Lennie, o John Lennon, es la
protagonista de esta tierna historia.
Perdió a
su hermana mayor Bailey y ahora vive sola con su extravagante, extrafalario y
todos aquellos adjetivos que sirvan para calificar a un científico loco fumeta,
tío Big y su abuela, Abu.
Su madre
las abandonó cuando eran muy pequeñas.
Además
está Toby, el novio de su hermana.
Parece
que sólo él comprende lo que siente Lennie, hecho que los une cada vez más y
los lleva más allá de la amistad en numerosas ocasiones.
Por otro
lado tenemos a la típica amiga un tanto superficial pero que, quieras o no, está
siempre ahí: Sarah; al chico guapo guapísimo, encantador, perfecto,
sexy y guapísimo (¿lo he dicho ya?): Joe; y a la némesis
que nunca puede faltar en una novela que se precie: Rachel.
Rachel
tiene poca “presencia” en la novela. Solo un par de acciones oportunas en
momentos puntuales.
Sarah y
Joe, en cambio, tienen un peso mayor.
Sobre
todo Joe.
Zas. Zas.
Zas. Las pestañas.
Medio
francés y as de la música, se interesa por Lennie desde el primer momento, y no
solo por su talento musical.
Ella, en cambio,
tarda más en sucumbir a los encantos de Joe. Pero tampoco mucho. Unos cuantos
zas zas de pestañas y ya la tiene en el bote.
Lennie
tendrá que debatirse entre Toby y Joe, y las cosas no serán nada fáciles,
porque Joe se entera de su pequeña aventura con el novio de Bailey.
A todo
esto, Lennie tiene que sumarle el hecho de que se resiste a dejar ir a su
hermana. No consigue pasar página y se considera una segundona.
A pesar
de ello, poco a poco veremos evolucionar a la protagonista.
En El cielo está en cualquier lugar hay partes realmente divertidas:
-¿Qué?
–pregunta.
-No lo
sé. Está bueno. Nunca había bebido vino.
-Yo llevo
toda la vida bebiéndolo. Mi padre nos lo mezclaba con agua, cuando eramos
pequeños.
-¿En
serio? ¡Pequeños Fontaine como cubas chocando contra las paredes!
Se echa a
reír:
-Sí,
exactamente. Es mi teoría de por qué los niños franceses se comportan tan bien.
Se pasan la mitad del tiempo borrachos hasta los petits mignons culos.
Otras muy
tristes en las que sientes que la tristeza de Lennie es la tuya, y otros en los
que te quedas sin aliento.
Confieso
que este libro me ha llegado al corazón.
Joe es un encanto de chico.
Cualquier chica suspiraría por él.
No es el
chico malo al que algunas novelas nos estan acostumbrando, pero tampoco
es un mojigato.
Es el
resultado de la combinación perfecta entre sexy y sensible.
-¿Estás
bien? –pregunta.
-Tú ni
siquiera la conocias.
Sale de
mi boca, duro y acusador, sin que pueda detenerlo. Veo la sorpresa en su
rostro.
-No.
No añade
nada más, pero parece que no me puedo callar.
-Y tú
tienes todos esos hermanos.
Esto lo
digo como si fuera un crimen.
-Sí.
-Es que
no sé por qué te pasas todo el tiempo con nosotros.
Siento
que me empieza a arder la cara mientras la vergüenza me invade todo el cuerpo:
la cuestión en realidad es por qué sigo insistiendo como una auténtica maníaca.
-¿No lo
sabes? –sus ojos recorren mi cara, después las comisuras de sus labios empiezan
a curvarse hacia arriba-. Porque me gustas, Lennie, está claro –me mira con
gesto de incredulidad-. Me pareces alucinante.
¿Por qué
le iba a parecer eso? Bailey es alucinante y Abu y Big lo son, y por supuesto
mamá también, pero yo no, yo soy bidimensional en una familia en 3-D.
-Además,
me parece que eres guapísima y que yo soy increíblemente soso.
Es un
libro precioso, redactado de una forma sencilla pero no por ello
menos especial, que recomiendo encarecidamente leer al toooooodo el
mundo.
Es de
estas novelas que, si las lees, eres un poquito más feliz jajaja
Puntuación...
Para terminar,
os dejo con una última cita del libro:
Un día,
hace años, estaba tirada en el jardín de Abu y Big me preguntó qué estaba
haciendo. Le dije que mirando al cielo. Él dijo: “Eso es un error de
planteamiento, Lennie, el cielo está en cualquier lugar, empieza en tus pies”
Luis Felipe Fuente Perez